No hay que confundir el perfeccionismo con el deseo de intentar hacer bien las cosas y mejorar. Estamos ante una personalidad perfeccionista cuando el afán por mejorar procede de una inseguridad y crea conflictos psicológicos internos y problemas de relación externos.
Características
· En una persona perfeccionista no existe lo bueno, sólo lo mejor.
· No se permiten el error y, cuando se produce, lo viven con ansiedad, frustración y culpabilidad.
· Tienen altas expectativas, no siempre acordes con las propias capacidades.
· Tienen un nivel de autoexigencia (y de exigencia hacia los demás) muy elevado.
· Intolerantes. Sólo hay una forma de hacer las cosas: perfectas. Todo lo demás está mal.
Origen
· Inseguridad. La causa más frecuente, sin lugar a dudas. Las fuentes de esta inseguridad son múltiples. Tienen miedo a equivocarse y precisan continuamente del visto bueno de los demás. Quieren cumplir con las expectativas que los demás tienen en él (o que se imagina que tienen depositadas).
· Padres exigentes, habitualmente perfeccionistas también ellos, que nunca están satisfechos con los logros de los hijos.
· Expectativas sobreelevadas de los padres. Quieren ver cumplidas las expectativas propias no alcanzadas en sus hijos.
· Alta competitividad en su entorno. Sólo triunfa el número 1, los demás son considerados fracasados.
Consecuencias
Puede ser ventajoso en algunos aspectos. Suelen ser trabajadores magníficos ya que el perfeccionismo promueve el esfuerzo y el trabajo bien hecho. Sin embargo, son muchos más los aspectos negativos:
· Insatisfacción. Se puede ser perfeccionista, pero no se es perfecto ni el entorno lo es, por consiguiente, nunca terminan de salir las cosas como le gustarían, creándose un eterno estado de insatisfacción.
· Relaciones difíciles, tanto con la pareja, hijos, amigos o en el entorno del trabajo debido a un nivel de exigencia muy alto, que nunca es satisfecho. Siempre piden más y mejor.
· Frustaciones múltiples, por muy buenos resultados que obtengan en sus actividades, porque siempre se puede ser mejor. Además, los objetivos, a veces poco realistas que se marcan, tienen muchas probabilidades de no verse cumplidos. Tienen 100 cosas buenas, pero no las disfrutan porque siempre hay una cosa mala que lo impide.
· Capacidad de desarrollo personal y aprendizaje limitado, porque el miedo a equivocarse les impide correr riesgos.
· Preocupaciones múltiples. Pueden estar enormemente preocupados por un problema pero, cuando lo resuelven, no disfrutan de lo obtenido pues rápidamente surgirá algún otro “problema” que hay que resolver.
· Fruto de lo anterior, es una especial susceptibilidad para padecer depresión y ansiedad.
¿Qué se puede hacer?
En un adulto, el tratamiento cognitivo-conductual puede mejorar mucho el cuadro.
En un niño, la actuación de los padres es fundamental.
· Los niños deben ser educados de acuerdo con sus capacidades y no según las expectativas de los padres.
· Fomentar la felicidad y no tanto el éxito académico.
· No alabar el exceso de dedicación.
· Fijar objetivos realistas.
· Cuando se fracasa no se debe presionar, sino alabar el esfuerzo que se ha hecho.
· Hay que ser bueno, no es necesario ser el mejor.
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